Ovidio fue una de las cosas olvidadas en una mudanza. Se cambiaron de casa y allí se quedó
él, en la calle. Y eso a pesar de ser un gato extremadamente dulce y cariñoso, adorar a los
humanos y estar siempre pidiendo mimos.
Tiene tres años y es positivo a inmuno, pero asintomático y en perfecto estado de salud. Los
gatos con inmunodeficiencia puede vivir muchos años y morir de viejitos como cualquier otro
gatito negativo. Lo único a tener en cuenta es la conveniencia de que sea gato único en la
casa.
Desparasitado, testado (positivo inmuno, negativo leucemia), vacunado y esterilizado. Se
entrega con contrato de adopción y bajo control veterinario.